Este es el último
momento de felicidad de un hombre: con camisa blanca, esbozando una gran
sonrisa, Andrew Chan desliza el anillo matrimonial en el dedo anular de
su prometida, apenas 24 horas antes de ser ejecutado en una cárcel de
Indonesia.
La imagen, filtrada a los medios a pesar de una estricta prohibición,
puede ser interpretada como una de las tantas señales de protesta que
se alzaron en vano contra la ejecución del australiano condenado por
narcotráfico cuya rehabilitación en la cárcel había sido objeto de
entusiastas elogios.De nada sirvieron los esfuerzos internacionales para impedir que Indonesia llevara a cabo las sentencias de pena de muerte contra Chan y otros seis extranjeros condenados por tráfico de drogas en la nación asiática.
Los hombres rehusaron vendas en los ojos y entonaron himnos cristianos, entre ellos Amazing Grace, antes de ser silenciados por un pelotón de fusilamiento en las primeras horas del miércoles 29 de abril, reportó el diario británico The Independent.
Pero Chan no será recordado solamente por el escándalo en torno a su ejecución a los 31 años. Una conmovedora carta escrita desde su celda forma parte del documental Dear Me, que se usará en escuelas australianas y británicas con fines educacionales.
"Ahora el motivo por el que estoy escribiendo esta carta es para hacer hablarles sobre los peligros de las drogas y los efectos que pueden tener sobre ti y también otros", se escucha leer a Chan en un espeso acento australiano.
0 Comentarios :